viernes, 27 de enero de 2012

UN CÓMIC DE MIEDO


Breccia y Lovecraft, "Los Mitos de Cthulhu"

Carla Berrocal -
04/01/2012
Hablar de Breccia es como hablar del Piccaso de cómic. No hay nada después de su trazo, ni de su fuerza narrativa. En realidad, no hay nada después de él.

Uruguayo de nacimiento pero Argentino de adopción, Breccia comenzó su carrera laboral destripando vacas. Al poco tiempo iniciaría su actividad como dibujante en la esplendorosa época de las revistas argentinas y con su madurez acabaría como en sus inicios, clavándole el cuchillo esta vez a las viñetas, para sacar su esencia y convertirla en arte.

Los mitos de Cthulhu es una obra de madurez, en la que "El Viejo" trabaja durante dos años con diferentes técnicas. Su resultado es sinónimo de calidad gráfica y confirma al uruguayo no solamente como un talento de la narración, sino como un genio vivo de la historieta. Según se puede leer en el fantástico epílogo de Latino Imperato, Breccia descubre a Lovecraft por casualidad, en un viaje a Italia. En seguida surge el amor hacia esos relatos en los que el escritor norteamericano construye atmósferas opresivas y un miedo visceral.

Era evidente que la suma de dos talentos sólo puede dar algo bueno, aunque el lector seguramente se quede con el grafismo. A diferencia del escritor, cuyos cuentos no han sabido envejecer, el dibujante explota todos los recursos y no sólo no envejece sino que su vanguardismo permanece actual e intocable. Breccia es inmune a las modas.

Los cuentos de Lovecraft son reforzados y se acentúa el dramatismo de las escenas. Los monstruos primigenios son expresionistas, sin detalles pero inquietantes, aumentando el peso de la palabra.
El libro se convierte así en un viaje de doble parada, la primera el terror, siempre tan difícil de plasmar en viñetas. La segunda parada, una exploración sensorial del mundo de Lovecraft que Breccia inicia con un expresionismo muy figurativo y acaba casi en la abstracción. Apenas hay rostros (ni si quiera son necesarios, "El Viejo" lo sabe), y aprovecha toda su capacidad creativa en los collages y los blancos y negros. 
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El peligro de las adaptaciones es quizás la literalidad. Muchas obras simplemente adornan el texto con una ilustración. En esta ocasión y ayudado por Norberto Buscaglia, Breccia construye la prosa de Lovecraft intentando aportar dinamismo a la palabra. El peso de la lectura se ve compensado con un minimalismo tonal, la amplitud de sus viñetas y los blancos, con lo que el autor aporta frescura y ligereza.

Los mitos de Cthulhu es una obra para degustar despacio, como un buen vino. A sorbos y sin prisas. Para un domingo por la tarde y con un disco bonito.

Y por supuesto, dando antes las gracias a los dioses primigenios por regalarnos la vista con semejantes talentos.

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